martes, 13 de marzo de 2012

Recuperando clásicos. (Lecturas para ir recibiendo el otoño)

Las palmeras salvajes de William Faulkner

Una vez (en Misisipi, en mayo, en 1927, año de la inundación) había dos penados. Uno de ellos tenía veinticinco años; era flaco, sin barriga, con una cara tostada y pelo negro de indio con pálidos e indignados ojos de porcelana… De esta manera, Faulkner nos introduce en una de las dos historias que dan forma a la novela Palmera salvajes. Publicada en 1939, desató el escándalo de opinión crítica: la correlación de dos historias diferentes, sin el menor parentesco ni enlace aparente en el espacio o en el tiempo, que se suceden por alternancia no podía ser sino un broma. Sin embargo, las dos historias se suceden sin contradicción al ritmo narrativo del autor. Ritmo caracterizado por una escritura rica y compleja que nos va introduciendo hacia ese ambiente del sur norteamericano que tanto lo alimentó.

Pedro Páramo de Juan Rulfo

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo… Así comienza la primera novela Juan Rulfo, una novela que busca las identidades y razones últimas de un universo mexicano plagado de referencias históricas. Pedro Páramo un fantasma que comienza a deambular en la vida de su hijo, Juan Preciado, y en la escritura del gran autor mexicano como marca de una de las obras más importantes de la literatura universal del siglo XX.

45 días y 30 marineros de Norah Lange

Al subir a bordo, una multitud de miradas celestes le corretea las piernas. Los noruegos no tienen ni la más leve insinuación de ojeras. ¡Ojos celestes y párpados color rosa…! Que luego hallarían una explicación en los gestos apurados del capitán: el celeste, color frío o apasionado en mala forma; el rosado: frecuencia de aqcuavit o de whisky en los camarotes incomodados por el vigor de pipas y fotografías de mujeres desconocidas… Autobiográfica, esta novela relata el viaje en barco de Norah Lange desde la Argentina a Noruega. Durante 45 días, la autora compartirá las angustias, los amores y desamores, las alegrías y las esperanzas de 30 marineros. Un viaje hacia profundidades del estilo narrativo de una escritora un poco olvidada.

Manhattan Transfer de John Dos Passos

La oscuridad pesa sobre la humeante ciudad de asfalto, funde los marcos de las ventanas, los anuncios, las chimeneas, los depósitos de agua, los ventiladores, las escaleras de incendios, las soldaduras, los ornamentos, los festones, los ojos, las manos, las corbatas, en enormes bloques negros… El gran personaje de esta novela es la ciudad, la ciudad de Nueva York. Cómplice en todas las historias contadas en esta novela, la ciudad va uniendo y desuniendo personas, aceptando y expulsando inmigrantes, enriqueciendo y empobreciendo a ciudadanos anónimos. Manhattan Transfer: otra mirada para conocer y descubrir la gestación de la “gran manzana”.

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